El presidente Luis Arce tuvo hoy un
contacto telefónico con su homólogo ruso, Vladimir Putin, con quien abordaron como tema
central la dotación de vacunas Sputnik V y los compromisos contractuales entre ambos
países.
Según sendos comunicados emitidos por las cancillerías de estos países, el diálogo se
efectuó “en el marco del excelente nivel de relacionamiento bilateral que existe entre los
gobiernos de Bolivia y Rusia”, según señala un texto difundido por el Ministerio de
Relaciones Exteriores boliviano. En la cuenta oficial de Twitter de la Cancillería rusa, se lee
que los mandatarios “abordaron cuestiones de cooperación en la lucha contra el COVID-19,
teniendo en cuenta los acuerdos existentes sobre el suministro de la vacuna rusa Sputnik V
a Bolivia”.
La escueta información emitida por ambas instancias, coincide en que las autoridades
refrendaron las excelentes relaciones políticas, diplomáticas y de hermandad entre
pueblos, y el deseo común de superar la contrariedad que provoca un retraso en el
abastecimiento del segundo componente del fármaco elaborado por el laboratorio
Gamaleya.
Durante la tercera semana de julio debió arribar a Bolivia un cargamento con 200.000
segundas dosis de la referida vacuna, para empezar a inmunizar a esa cantidad de
ciudadanos que recibieron la primera inyección entre fines de abril e inicios de mayo.
Aunque una parte de esta población ya tiene un retraso que supera los 90 días inicialmente
previstos entre ambas dosis, estudios científicos efectuados en Rusia y Argentina reportan
que el componente 1 de Sputnik V tiene una alta efectividad inmunizante que no disminuye
inclusive tras 180 días, lapso que fue fijado como intervalo máximo entre dosis.
La alta incidencia de casos provocada por la aparición de la variante Delta del coronavirus
en Rusia, llevó a sus autoridades a dar prioridad máxima a la inoculación local, lo que devino
en una restricción en la exportación de vacunas. A ello se suma la escasez de componentes
del fármaco, en especial para la segunda dosis que, en el caso de Sputnik V, a diferencia del
resto de las vacunas, tiene una fórmula diferente a la primera